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Servir a los demás es el corazón de la verdadera humanidad; al ofrecer nuestra ayuda desinteresada, fortalecemos comunidades y construimos un mundo más solidario.

Bogotá, septiembre de 2024. – Elías, un gato Maine Coon de ojos verdes ronronea sin parar, mientras recibe caricias. Con una sonrisa que ilumina como el sol, Lorena Muñoz Suárez lo mira, lo acerca a su rostro y lo abraza con una ternura que conmueve. Amor, respeto, humildad, honestidad y amistad son los valores que han guiado a Lorena a lo largo de su vida, y son los pilares desde los cuales se relaciona con cada ser vivo a su alrededor. Lorena es una mujer sensible, siempre dispuesta a ayudar y apoyar a quienes lo necesiten.

Nacida en Armenia, Quindío, en una familia unida y emprendedora, Lorena aprendió desde joven la importancia de perseverar, soñar, anhelar y luchar por lo que se desea. Sus padres le inculcaron el valor de la educación, el ahorro y la gestión del dinero en tiempos difíciles, habilidades que le han permitido enfrentar y controlar situaciones de crisis, de manera efectiva. Su amor por el deporte le ha conferido una disciplina destacable. Se describe como una mujer feliz, que disfruta viajar, probar comidas nuevas y descubrir lugares diferentes; siempre manteniendo la nobleza en su corazón.

 

Felicidad sincera, desde el voluntariado

 

«Ser voluntaria es sentir, apoyar y amar la labor de compartir oportunidades, aportar positivamente en la vida de los demás y llenar su existencia con momentos de felicidad genuina», afirma Lorena, voluntaria de más de 10 años en Fundación Telefónica Movistar en actividades como el trabajo con niños, adultos mayores, aprendizaje tecnológico, bibliotecas comunitarias y animales.

«Ha sido una experiencia maravillosa, porque te conecta con la vida de las personas, te sensibiliza y te demuestra que es posible hacer una diferencia en la vida de quienes lo necesitan, y recibir la gratificación de una sonrisa. Vivimos en una sociedad que necesita apoyo en muchos niveles, y con un pequeño grano de arena podemos contribuir. No solo hablo de apoyo económico, sino también de escucha, acción y compromiso con el bienestar y el crecimiento emocional de los demás».

Para Lorena, lo más desafiante del voluntariado es la limitación de tiempo para llevar a cabo las actividades y motivar a otras personas a participar. «Si cada persona entendiera el impacto que puede tener a través del voluntariado, esta labor sería mucho más sencilla y gratificante». Gracias al voluntariado, Lorena se siente más conectada y comprometida con la sociedad. Ha aprendido a contribuir de manera positiva y saludable, dejando de lado la indiferencia y reconociendo que estas acciones pueden ayudar a construir un país mejor, con el compromiso de todos.

 

Un mensaje para continuar

 

Lorena cree que el voluntariado y las actividades asociadas transmiten un mensaje alentador: «Sí se puede». A pesar de los tropiezos en el camino, con determinación se puede avanzar. «Recomiendo e invito a las personas a participar en esta labor que llena y enriquece la vida; son experiencias gratificantes en todos los sentidos».

«Sentir que puedes hacer algo, trabajando en conjunto con entidades o personas que desean participar en estos programas y contribuir al bienestar de los demás son emociones que marcan y motivan a seguir adelante. Es la gratificación de hacer el bien sin esperar nada a cambio, solo la sonrisa y el agradecimiento de quienes te rodean». Mientras Elías sigue ronroneando, Lorena sigue sonriendo.

* En la Fundación Telefónica Movistar promovemos que donde haya un colaborador(a), familiar o amigo, haya un Voluntario(a) Telefónica que transforme la sociedad.

Lorena Muñoz Suárez: la grandeza del amor y la humildad
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