Transpórtate al mundo de uno de los autores más destacados de la historia.
Inicia el viaje dentro del imaginario de unos de los autores que marcó la exploración. “Julio Verne. Los límites de la imaginación” es la nueva muestra que Espacio Fundación Telefónica te invita a disfrutar. Una exposición realizada por Fundación Telefónica Ecuador, explórala aquí:
Julio Verne (Nantes, 1828 – Amiens, 1905) fue uno de los autores más populares e influyentes de la literatura universal. Se convirtió en el escritor más editado de la historia y generó un imaginario literario basado en su interés por la ciencia, la exploración y las innovaciones tecnológicas; inspirando así a grandes y chicos, incluso en nuestros días.
Verne imaginó un sinfín de mundos fantásticos, sin moverse de su propio gabinete de trabajo, por esta razón se lo sitúa en el origen de la curiosidad, la aventura y el descubrimiento. Sus novelas, perfectamente documentadas, cartografiaron el mundo conocido y abrieron las puertas de otros mundos fantásticos o intuidos.
El recorrido de la exposición inicia por las rutas descritas por Verne en sus novelas. De esta forma, el visitante descubrirá cómo el escritor dedicó gran parte de su obra a los “trotamundos”, destacados por su afición a los viajes y protagonistas de las aventuras narradas en sus libros.
También, se puede conocer cómo Julio Verne logró retratar su época y cartografiar el mundo, con tal precisión, que inspiró a muchos a explorar y a descubrir. Su fijación con el mar, la luna y el dominio del cielo se presentan en la muestra, para llevar a la comprensión de referencias icónicas que existen en la cultura popular y hacen que el legado de este escritor perdure.
Esta exposición busca despertar las ideas en sus visitantes, los lleva a reflexionar sobre las fronteras, existentes o no, de la fantasía y es una prueba de que la creatividad nace de la observación y la lectura.
Curaduría y diseño
“Julio Verne. Los límites de la imaginación” cuenta con la curaduría de los españoles María Santoyo y Miguel Ángel Delgado, autores de “Nikola Tesla. Inventor del siglo XXI”. El diseño expositivo es obra de Fernando Muñoz Gómez. La muestra propone una revisión del autor por medio de un fascinante viaje en su ficción, acompañado de sus personajes. Un evocador y original repaso de una de las grandes figuras de la literatura universal.
Dentro de #VenAVerne
Para conocer la vida y obra de Julio Verne, la exhibición se divide en distintas secciones que convierten al visitante en un explorador.
Te invitamos a conocer un poco más de ellas:
El Gabinete
El lugar de creación de Julio Verne. En su gabinete, el autor encontró la inspiración para crear ochenta obras, cientos de personajes y aventuras que suceden, prácticamente, en todo el mundo.
En este lugar y, con una gran biblioteca, Verne cubrió todas las áreas de estudio: geografía, física, química, mecánica, biología, zoología, geología, antropología y tecnología; era su manera de divulgar todo el saber de su época.
La tierra conocida y desconocida
Si las obras de Julio Verne tenían un objetivo, era descubrir la Tierra junto a sus lectores, lo que se ve en “Los Viajes extraordinarios” y se refuerza con el subtítulo de “Los mundos conocidos y desconocidos”.
Por este motivo, Verne estaba al día de todas las grandes exploraciones de su época, un período en el que el imperialismo y el afán de saber conducían a lugares tan desconocidos como el África interior.
MOBILIS IN MOBILI
Julio Verne nació en un apartamento con vistas al puerto de Nantes: a balleneros, barcazas y buques mercantes que llegaban desde distintos lugares. Este espacio alimentó su imaginación y despertó su interés por la naútica, elemento recurrente en sus obras.
En 1867, Verne viajó a Estados Unidos a bordo del Great Eastern, el transatlántico más grande del momento, que le sirvió de inspiración para las obras “Una ciudad flotante” y “La isla de hélice”. El autor también transmitió su pasión por el mar en novelas de aventuras memorables, como “Los hijos del capitán Grant”, pero fue en “Veinte mil leguas de viaje submarino” donde declaró su amor por el mar, gracias a su alter ego, el capitán Nemo.
Desiertos de hielo
En un tiempo en el que los polos eran la última frontera, las historias de las expediciones, muchas veces heroicas y otras trágicas, encendían la imaginación de los lectores. Julio Verne no fue ajeno al interés por aquellas tierras blancas y envió a sus personajes a visitarlas varias veces, como se puede leer en los dos volúmenes del capitán Hatteras o en “Veinte mil leguas de viaje submarino”.
Además, en sus narraciones es sorprendente descubrir hasta qué punto algunas de sus invenciones anticiparon lo que ocurriría décadas más tarde en estas expediciones polares.
Flotar o volar
Julio Verne vivió los intentos del hombre por conquistar el cielo. En esos días, los globos aerostáticos iban recogiendo logros, frente a una legión de pioneros que intentaban volar con máquinas más pesadas que el aire.
Aunque el escritor había dado un canto a las posibilidades de los aerostatos con “Cinco semanas en globo”, se desencantó de estos artefactos al tomar parte de la polémica sobre qué máquina llevaría al hombre a los cielos.
Alrededor de la luna
El viaje a la luna, presente en la literatura universal desde el siglo IV a. C., fue un motivo recurrente en la cultura popular del siglo XIX. En 1835, uno de los autores predilectos de Verne, Edgar Allan Poe, propuso viajar hasta allí en globo en su novela Hans Pfaall. Ese mismo año, la falsa noticia del descubrimiento de vida lunar conmocionó al público, que pudo soñar con la posibilidad de alcanzar el satélite, gracias a la verosimilitud de dos novelas escritas por Verne: “De la Tierra a la Luna” (1865) y “Alrededor de la Luna” (1870).