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El voluntariado tiene el poder de cambiar vidas, no solo de quienes reciben la ayuda, sino también de quienes la brindan.

Bogotá, diciembre de 2024. – Alexandra Ximena Santander Ibarra, oriunda de Los Andes Sotomayor, Nariño, es una mujer que refleja el valor de la lucha constante por los sueños, el trabajo duro y el compromiso con los demás. A sus 45 años, su vida es un testimonio de esfuerzo, superación y generosidad. Su historia, marcada por la maternidad, una exitosa carrera laboral en Telefónica Movistar y una dedicación inquebrantable al voluntariado, nos invita a reflexionar sobre la importancia de dar y recibir sin esperar nada a cambio.

 

Determinación y Constancia

 

«Los sueños se cumplen cuando les ponemos determinación y constancia,» asegura Alexandra, mientras recuerda sus comienzos. A los 16 años, se convirtió en madre, un hecho que, aunque desafiante, la transformó en una mujer más fuerte, resiliente y con un sentido profundo de responsabilidad. «Ser madre joven fue difícil, pero me enseñó a luchar por lo que quiero, no solo por mí, sino también por mi hijo, quien es mi mayor motivación,» dice con una sonrisa que revela su orgullo y determinación.

Su carrera profesional en Telefónica Movistar comenzó hace 18 años, un largo recorrido que la ha llevado a desempeñar diversos cargos, desde asesora comercial hasta Líder Profesional del centro de experiencia en Ipiales. Para ella, este trabajo ha sido un sueño hecho realidad. «Trabajar en Telefónica ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. He tenido la oportunidad de crecer profesional y personalmente, enfrentar retos, aprender y, lo más gratificante, inspirar a mi equipo de trabajo.»

 

Felicidad Pura

 

Sin embargo, uno de los aspectos más destacados de su vida no se encuentra en sus logros profesionales, sino en su vocación de servicio. Alexandra es voluntaria desde hace más de diez años, un compromiso que ha marcado su vida y la de aquellos con los que ha trabajado. Para ella, el voluntariado no es solo una acción altruista; es una experiencia que enriquece a todos los involucrados. «Ser voluntaria es algo muy especial. Ofrecer tu tiempo, tus conocimientos y experiencias sin esperar nada a cambio es una de las formas más puras de contribuir a una causa noble.»

A lo largo de su trayectoria como voluntaria, Alexandra ha participado en diversas actividades con niños de escuelas locales, entregando regalos, organizando actividades educativas y lúdicas. Pero es en los momentos de alegría compartida, en las sonrisas de los niños y en las historias de vida de las personas mayores, donde encuentra la verdadera recompensa. «Lo más bonito de ser voluntario es ver la felicidad en los ojos de quienes participan en las actividades. Ese es el mejor pago que uno puede recibir.»

Una de las experiencias que más la marcó fue su participación en un programa de donación económica para la Fundación «Nuestra Señora del Rosario de Iles», una institución que alberga a niños en situación vulnerable. «Fue un momento inolvidable. Ver la transformación de esas instalaciones, la felicidad en los rostros de esos niños, fue lo más gratificante. La esperanza que ellos mostraban era la mayor recompensa para nosotros como voluntarios.»

 

Apuesta por el Bien Común

 

Alexandra cree que el voluntariado tiene el poder de cambiar vidas, no solo de quienes reciben la ayuda, sino también de quienes la brindan. «Ser voluntario es compartir valores de solidaridad, justicia y cooperación. Apostamos por el bien común, por un mundo mejor. Todos los voluntarios somos inspiradores porque luchamos por una causa, porque queremos marcar la diferencia.»

Con sus palabras, Alexandra invita a reflexionar sobre el impacto que puede tener el voluntariado en nuestra sociedad. No se trata solo de dar tiempo o recursos, sino de sembrar un cambio profundo, de construir un mundo más empático y solidario. «Si más personas se unieran a una causa noble, el mundo sería un lugar mejor. Todos tenemos algo que ofrecer, y juntos podemos hacer una gran diferencia.»

La historia de Alexandra es una muestra de que el voluntariado es una herramienta para transformar no solo la vida de quienes reciben la ayuda, sino también la de quienes la ofrecen. Cada acción, cada gesto, por pequeño que sea, tiene el potencial de sembrar esperanza y construir puentes de solidaridad. Por eso, Alexandra invita a ser parte de esta causa. «Ser voluntario no solo te enriquece como persona, sino que te permite dejar una huella positiva en la vida de los demás. Y al final, eso es lo que realmente importa.»

* Programa de Acción Social y Voluntariado Fundación Telefónica Movistar: en nuestro programa de Acción Social y Voluntariado, promovemos que donde haya un colaborador, familiar o amigo, haya un Voluntario(a) Telefónica que transforme la sociedad. Marcamos una diferencia significativa a través de diversas actividades, incluyendo embellecimiento de espacios, limpieza de playas, lecturas creativas, siembra de árboles, y mucho más. ¡Juntos construimos un mundo más humano y solidario!

Alexandra Santander: Una vida de Esperanza y Solidaridad
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