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¿Por qué se está hablando de la cuarta revolución industrial en los debates educativos? ¿Qué papel tiene el docente en los cambios que esta revolución implica? ¿Es la sociedad del aprendizaje una consecuencia directa de este fenómeno? Iván Gómez, experto en educación y actual asesor del Ministerio de Educación colombiano, aborda estas y otras cuestiones en este episodio de la serie de podcasts producidos por la Fundación Telefónica Movistar Colombia. En este artículo resumimos y destacamos algunas de las reflexiones de este químico de formación que llegó al mundo de la investigación educativa “porque trabajar por el bien común le hace sentirse mejor persona”. Si quieres escuchar la entrevista completa, puedes hacerlo aquí:

 

La cuarta revolución industrial va a tener y, de hecho, ya está teniendo, un fuerte impacto en la educación. Para Iván Gómez, esto es así porque, tal y como sucedió en anteriores revoluciones industriales y aunque los cambios iniciales pertenezcan más a un ámbito puramente tecnológico, las trasformaciones que introducen se ven reflejadas de manera directa tanto en los cambios conductuales de la sociedad como en la alteración de los perfiles laborales. Es por eso que, para las instituciones educativas (especialmente universidades e instituciones técnicas y tecnológicas) la cuarta revolución industrial tiene un papel determinante, pues tienen que saber adaptar la preparación de sus alumnos a los nuevos empleos, comprendiendo y diferenciando “aquellos que se pueden automatizar de aquellos que siempre tendrán en su base una labor humana”.

 

Enseñar a aprender y desaprender durante toda la vida

 

¿Y cómo podemos trasladar lo anterior al enfoque de nuestro Observatorio, vinculado a la enseñanza básica y media? ¿Qué deben aprender los docentes de estas etapas iniciales para generar experiencias de aprendizaje adaptadas a esta nueva realidad? En este sentido, Iván Gómez se refiere, en primer lugar, a la importancia de que los profesores se encuentren cómodos en el aula haciendo uso de los dispositivos tecnológicos. “Lo primero es pensar cómo los docentes pueden comenzar a apropiarse de estas herramientas” para utilizarlas en sus clases “permeando y potenciando los aprendizajes de los chicos”. Para este experto en educación, en las circunstancias actuales de conectividad, esto ya va a ser todo un reto. Además, hay que empezar a acercar a los estudiantes “a ciertos roles o profesiones que serán determinantes en esta cuarta revolución industrial”.

“Otra reflexión inherente que hay que tener con los chicos es la capacidad de transformación en el tiempo y la capacidad dinámica de aprender y desaprender nuevas cosas”, explica Gómez. Es esencial que el profesorado interiorice y divulgue la relación tangencial que existe entre la cuarta revolución industrial y el concepto de sociedad del aprendizaje. Como explica el investigador, el hecho de que el conocimiento avance cada vez de manera más rápida hace que se lleve a cabo una fragmentación que imposibilita que una materia se acote por entero en programas educativos con el formato con el que cuentan a día de hoy. Los chicos deben entender que los procesos de aprendizaje ya no pueden restringirse a un programa curricular muy acotado. Hablamos, más bien, de un proyecto de vida. Por tanto, el objetivo no es preparar a los alumnos con unos conocimientos que abarquen toda la materia, sino más bien que estén preparados para reaccionar y adaptarse a los cambios que se vayan experimentado con el paso del tiempo.

Lo que habilita a los estudiantes en esta cuarta revolución industrial es “su capacidad de sustraer información, analizarla, filtrarla y generar propuestas en función de esta”. También “su capacidad creativa para dar soluciones divergentes a problemas históricos”. O su “capacidad para trabajar con otros en estrategias mancomunadas para dar soluciones sostenibles a estos problemas”.

 

Conciencia y reflexión social para no agrandar la brecha educativa

 

Cuando hablamos de las consecuencias de las innovaciones tecnológicas en la educación, es obligatorio entrar en las problemáticas adicionales que afrontan algunas de las zonas rurales en las que no existe acceso a estas herramientas. En este sentido, Iván Gómez destaca dos hechos muy importantes a tener en cuenta: el primero, es que la cuarta revolución industrial y sus transformaciones van a llegar, sí o sí, a todos los territorios. Lo que ocurre es que, “van a llegar de manera muy torpe e incipiente a aquellos territorios que no estén preparados”. Por ejemplo, el hecho de que algunas áreas cuenten con una conectividad de peor calidad puede llevar a que los estudiantes encuentren mayores dificultades para inserirse en el mercado laboral a posteriori.

La segunda cuestión es que, históricamente, “cuando las revoluciones industriales han llegado a las comunidades de forma inequitativa, terminan generando conflictos sociales y de productividad”. Para evitar perpetuar esta brecha, todos los actores deben ser muy conscientes de cuál es su papel y el de su territorio en esta cuarta revolución industrial. Cerrar esa brecha tiene que ver con la conciencia que se despierte respecto de la democratización de ciertos asuntos, que son habilitantes para el grueso de las personas, y ese es el caso de la conectividad. Por eso es fundamental preparar a esos territorios para que, cuando lleguen los efectos de la revolución tecnológica, estén bien preparados.

La pandemia de COVID-19 y los cierres escolares que esta impuso han tenido efectos muy graves en términos de pérdida de aprendizajes y de retroceso en los logros educativos que se habían conseguido en la región en los últimos 20 años. Sin embargo, también ha detonado un gran experimento social: la incorporación abrupta de la tecnología a los procesos educativos. Esta incorporación nos ha dejado algunas cosas positivas que debemos aprovechar y seguir desarrollando, siempre desde la reflexión social para que las consecuencias de la cuarta revolución industrial y la nueva sociedad del aprendizaje surgida de esta no acaben profundizando y perpetuando las brechas sociales y educativas.

Si quieres escuchar otras reflexiones de Iván Gómez, puedes escuchar la entrevista completa en el podcast de la Fundación Telefónica Movistar Colombia.

 

Sobre ProFuturo

 

ProFuturo es un programa de educación digital puesto en marcha por Fundación Telefónica y Fundación “la Caixa” para reducir la brecha educativa en el mundo proporcionando una educación digital de calidad a niños y niñas en entornos vulnerables de Latinoamérica, el Caribe, África y Asia. Desde su nacimiento en 2016, ProFuturo ha llegado a 40 países, beneficiado a 19,7 millones de niños y niñas y formado a más de 915 mil docentes. Su objetivo es proporcionar la mejor educación a 25 millones de niños en 2030.

ProFuturo se apoya en la tecnología y en metodologías innovadoras de enseñanza con las que se busca que docentes y alumnos desarrollen competencias para hacer frente a los retos del s.XXI. El programa trabaja con otras instituciones y empresas y aspira a crear una gran red internacional de docentes que enseñan, aprenden y comparten conocimientos para lograr, entre todos, una educación mejor en el mundo.

Más información disponible en: https://profuturo.education/

El papel del docente en la cuarta revolución industrial
El papel del docente en la cuarta revolución industrial