"Ensueño" no es solo una obra de arte visual. Es una invitación a experimentar lo intangible, lo que ocurre en las horas de sueño, ese estado donde el cerebro genera conexiones neuronales.

Lily Vásquez es una artista que ha logrado encontrar en la intersección entre el arte y la tecnología un espacio donde la imaginación no tiene límites. Su obra «Ensueño», presentada en el salón Voltaje es un ejemplo de cómo la tecnología no solo amplía las posibilidades artísticas, sino que transforma nuestra manera de percibir el mundo y, más aún, los misterios que habitan en nuestra mente. En sus creaciones, los sueños y la ciencia se encuentran, dando paso a una experiencia sensorial que invita al espectador a adentrarse en un mundo donde la realidad y la fantasía se entrelazan.
La obra de Lily es introspectiva y está marcada por temas como la infancia, la mujer en el arte, y la exploración de lo inexplicable. A través de las técnicas mixtas y la tecnología, busca una conexión profunda con sus piezas, donde cada elemento tiene un propósito: evocar sensaciones, transmitir emociones y, sobre todo, provocar una reflexión sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas.
Tecnología, Arte y Vida
«Ensueño» no es solo una obra de arte visual. Es una invitación a experimentar lo intangible, lo que ocurre en las horas de sueño, ese estado donde el cerebro genera conexiones neuronales complejas que dan forma a nuestros sueños. Para Lily, este proceso es un terreno fértil para la creación artística. Su obra integra imágenes reflejadas, interactividad con el público y elementos de arte generativo, que buscan captar la atención visual, e inducir al espectador a experimentar el sueño en sí mismo. Al interactuar con la proyección, el público se ve envuelto en una experiencia sensorial que remite a ese limbo entre la vigilia y el sueño.
La tecnología ha sido clave para que Lily pudiera plasmar en «Ensueño» una visión que, de no haber sido por su acercamiento al arte generativo, habría sido imposible de lograr. La combinación de medios audiovisuales y la representación de las conexiones neuronales en movimiento logran que el espectador se vea transportado a ese universo onírico tan efímero como fascinante. «La tecnología me aportó herramientas para lograr este proyecto de la forma en que lo imaginaba», comenta Lily. La creación de imágenes en vivo y la mezcla de lo sensorial con lo visual son solo algunos de los elementos que dan forma a esta obra tan única.
La artista ve en Voltaje una plataforma esencial para el diálogo sobre el impacto de la tecnología en el arte y en la vida cotidiana. La exposición pone de manifiesto cómo los artistas contemporáneos incorporan la tecnología como herramienta creativa, y en este sentido, la obra de Lily se erige como un ejemplo de cómo los elementos plásticos y tecnológicos pueden trabajar en conjunto para ofrecer nuevas perspectivas sobre temas universales, como la percepción humana, los sueños y la memoria.
Creatividad que transforma
En una era marcada por el avance de la inteligencia artificial, Lily también reflexiona sobre el papel de la tecnología en la creación artística. Para ella, la IA es una herramienta complementaria, no un sustituto de la creatividad humana. «La IA no puede sustituir la originalidad, la espontaneidad y la capacidad de percibir, sentir e imaginar que caracterizan a las obras creadas por personas», asegura. Es una visión profundamente humana sobre el arte, que subraya la importancia de proteger los derechos de autor en este nuevo escenario digital, donde la creación de una obra artística debe ser siempre un acto de creatividad genuina, un producto del impulso humano.
En este sentido, Lily menciona una reflexión reciente sobre la protección de los derechos de autor en un mundo donde la tecnología y la inteligencia artificial están redefiniendo la creación artística. Según una decisión europea mencionada en la revista Telos #125 por Clara Ruipérez, para que una obra de arte sea protegida por derechos de autor, debe ser fruto de la creatividad de su autor/a. En palabras de Lily, esto subraya que, aunque la IA puede asistir en el proceso creativo, la creación auténtica sigue siendo aquella que emana del ser humano, de sus emociones, su imaginación y su capacidad de percibir el mundo.
Este enfoque se refleja en su obra Ensueño, donde la tecnología no se limita a ser una herramienta técnica; se convierte en un medio para explorar la mente humana y capturar la esencia de los sueños y las sensaciones que nos acompañan al despertar. Por medio de las imágenes proyectadas, las sensaciones evocadas y la interacción con el público, Lily Vásquez nos invita a soñar despiertos, y a reflexionar sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas. A pesar de que las máquinas pueden generar imágenes o sonidos, Ensueño nos recuerda que, incluso en un mundo cada vez más digital, la creatividad humana sigue siendo el motor que impulsa las grandes transformaciones, reafirmando que la autenticidad de la creación sigue siendo un acto humano.
Lily no solo crea arte, crea experiencias. Cada pieza, cada proyección, cada imagen es una invitación a ver el mundo de una forma nueva, donde la tecnología y la imaginación se funden para ofrecernos una visión de lo que somos, de lo que soñamos y de lo que podemos llegar a ser. En sus manos, el arte se convierte en una herramienta de conexión, de reflexión y, sobre todo, de transformación.
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