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La implementación de tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha fortalecido significativamente los procesos pedagógicos.

Bogotá, septiembre de 2024. – Es jueves, y como todos los días de lunes a viernes, Gustavo Gómez entra a las 6:40 a.m. por la puerta principal de la Institución Educativa Gustavo Uribe Ramírez, en su sede Andrés Bello, la única escuela en el ámbito urbano del municipio de Granada, Cundinamarca. Tras más de dos horas de trayecto desde Bogotá y el frío característico de las mañanas en esta región, el profesor Gustavo se encuentra con sus estudiantes de primaria en el patio de la escuela: ojos brillantes y sonrisas infinitas reflejan alegría, entusiasmo y ganas de aprender.

“Esto me impulsa a comenzar mis clases con el firme propósito de hacerlas productivas, integradoras y atractivas. Interactúo con los alumnos, guiándolos en el uso de la tecnología para explorar los temas desde diferentes perspectivas”, afirma Gustavo Gómez, quien cree que, con pasión, compromiso y acceso a las herramientas adecuadas, cualquier docente puede transformar su entorno. Gustavo ha impactado positivamente la vida de sus estudiantes y, aunque ha enfrentado numerosos desafíos, ha demostrado que es posible superar obstáculos y hacer una verdadera diferencia en la educación.

 

“Aprendo Simulando, Simulando Ando”

 

En el Colegio Gustavo Uribe Ramírez (GUR), la implementación de tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha fortalecido significativamente los procesos pedagógicos. Entre los proyectos destacados que el profesor Gustavo ha liderado está el desarrollo y administración de la página web de la institución, que se ha convertido en una herramienta esencial para la comunicación dentro de la comunidad educativa.

Otro de los proyectos más sobresalientes es “Aprendo Simulando, Simulando Ando”, una iniciativa que Gustavo diseñó y consolidó durante su maestría en educación. Este proyecto permite a los estudiantes experimentar conceptos a través de simulaciones, observando, modificando y ajustando modelos para llegar a conclusiones y apropiarse del conocimiento, de manera significativa.

“Además, el programa ProFuturo, que apoya nuestras actividades diarias, ha sido clave en la planificación y estructuración de clases de manera didáctica, innovadora e integradora. Como líder de este proyecto, he podido introducir nuevos métodos de enseñanza a través de las TIC y ofrecer a mis colegas una perspectiva fresca sobre las dinámicas educativas actuales”, explica Gustavo.

Para Gustavo Gómez, el impacto de estos programas y proyectos ha sido visible no solo en los estudiantes, sino también en la comunidad educativa. Los padres se involucran más al ver los avances de sus hijos en plataformas digitales, fortaleciendo el vínculo entre la escuela y las familias. Algunos docentes han empezado a adoptar estas herramientas en sus propias clases, ampliando así el alcance del proyecto en la institución.

 

El origen del futuro

 

Conocido como el “profe de tecnología e inglés”, Gustavo inició su carrera docente en 2012 en el Colegio Gustavo Uribe Ramírez. Allí encontró el espacio ideal para integrar sus conocimientos en tecnología con la educación y apoyar los procesos pedagógicos. Su principal motivación ha sido encontrar maneras en que los niños puedan aprender de manera dinámica y significativa, mediante herramientas TIC.

Entre las estrategias que Gustavo Gómez ha implementado en las aulas se encuentran la atención a la diversidad, el fomento del pensamiento crítico y el desarrollo de competencias socioemocionales. “Para atender las diferentes formas de aprendizaje de los estudiantes, he adaptado mis clases a través de diferenciación pedagógica. He diseñado actividades variadas que permiten a los estudiantes, independientemente de su nivel o estilo de aprendizaje, involucrarse y alcanzar los objetivos propuestos”.

Una de las prioridades de Gustavo ha sido desarrollar el pensamiento crítico en sus estudiantes, alentándolos a cuestionar, investigar y reflexionar sobre la información que reciben. Mediante debates, análisis de casos y resolución de problemas abiertos, también ha incorporado habilidades socioemocionales como la empatía, la autogestión y el trabajo en equipo. “Estas habilidades no solo mejoran el ambiente escolar, sino que también son fundamentales para la formación integral de los estudiantes”, afirma con orgullo.

 

Desafíos y comunidad educativa

 

Gustavo reconoce que uno de los mayores desafíos es asegurar que todos los estudiantes tengan acceso a herramientas tecnológicas y puedan aprovecharlas al máximo, especialmente en contextos con recursos limitados. Además, la resistencia al cambio y los currículos rígidos a menudo impiden la flexibilidad necesaria para implementar nuevas prácticas o personalizar el aprendizaje de los estudiantes.

“Para mí, ser docente es una responsabilidad y un privilegio. Significa formar a las nuevas generaciones no solo en el ámbito académico, sino también en valores y habilidades que los preparen para enfrentar los retos del futuro. Es una labor de acompañamiento y guía, donde cada estudiante evoluciona, crece y alcanza su máximo potencial. La enseñanza va más allá de los libros; es una oportunidad de inspirar y dejar una huella positiva en la sociedad”, afirma con convicción.

Gustavo asegura que trabajar en estrecha colaboración con los padres y la comunidad ha sido clave para mejorar la calidad educativa. “El trabajo docente no es una labor aislada. Es crucial colaborar con la comunidad, los padres y otros docentes para crear un entorno educativo que apoye a los estudiantes”.

Gracias a las herramientas digitales, Gustavo ha logrado que los padres se involucren más en el proceso educativo, participando activamente en el seguimiento del progreso de sus hijos. Estos logros no solo se reflejan en mejoras académicas, sino también en la creación de una comunidad educativa más colaborativa y orientada al futuro.

“Mi éxito ha sido, en parte, el resultado de la colaboración con otros, y creo firmemente en el poder de una comunidad educativa comprometida y unida. Además, la formación continua y el acceso a iniciativas como las de Fundación Telefónica Movistar son esenciales para mantenerse actualizado y enfrentar los retos actuales de la educación”, concluye Gustavo.

En su búsqueda de actualización, Gustavo ha completado varios cursos con ProFuturo, incluyendo «TIC: Ruta Profesional», «Ruta Innovación: Nivel Avanzado», «Convierte a tus alumnos en BookTubers», «Inteligencia Digital» y «¡JUMP Math! Matemáticas al alcance de todos», entre otros. “Estos cursos han transformado mi manera de enseñar, permitiéndome integrar tecnologías que hacen el aprendizaje más interactivo y dinámico. Además, estas herramientas han aumentado el interés de los estudiantes por aprender, mejorando su participación y facilitando la comprensión de contenidos. He visto cómo la tecnología abre nuevas puertas para aquellos que enfrentan dificultades con los métodos tradicionales”.

Es jueves y, como todos los días de lunes a viernes, Gustavo Gómez termina su jornada a las 12:45 p.m., caminando hacia la puerta principal de la Institución Educativa Gustavo Uribe Ramírez, en su sede Andrés Bello. Después de más de cinco horas de enseñanzas, aprendizajes y alegrías, el profe Gustavo escucha una voz que pronuncia su nombre, unos ojos brillantes de tercer grado agitan la mano y dicen adiós.

Gustavo Gómez:  enseñar es un privilegio
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